domingo, 14 de febrero de 2010

Al-Fayoum Oasis, tan cerca en distancia y tan lejos en sustancia

Cansados del ruido y el gentío de la capital, cuando llegan los fines de semana lo que de verdad apetece es poder descansar un poco de todo y cambiar de aires, así que decidimos irnos al oasis, el más cercano a El Cairo, Al-Fayoum, a unos 90 kilómetros de distancia pero a más de 2 horas de trayecto a través del desierto. Como aquí no tenemos coche y alquilar uno para hacer 180 o 200 kilómetros no nos sale muy rentable, pues allá que nos fuimos en un bus público. La estación está a las afueras de la ciudad, pegada a las Pirámides, por lo que salimos directamente rumbo al oasis sin tener que atravesar la ciudad entera.


El viaje, baratísimo, las condiciones, un tanto pésimas... de casa a la estación de autobuses de El Mounib nos gastamos 3 pounds, y el bus costaba 7 pounds para egipcios, 10 para los guiris (algo más de un euro), Pepe y yo, los únicos en el autobús... higiene, ninguna; comodidades, las justas. Por suerte íbamos en primera fila y teníamos un poco más de espacio. Pasajeros, incontables. De la estación salimos los 50 o 55 pasajeros que pueden ir sentados, y desde la estación hasta las Pirámides paramos unas 4 o 5 veces para recoger a peatones, y hasta la última parada bien, sólo habían subido 5 personas más al autobús, pero al llegar a las Pirámides los egipcios se daban empujones, puñetazos y cualquier otra cosa con tal de asegurarse 30 cm de diámetro dentro del bus y poder viajar a Al-Fayoum... el precio, el mismo, 7 pounds aunque pases más de 2 horas golpeándote la cabeza contra el televisor, no puedas girar la cabeza de lo abarrotado que va el bus o no puedas quitarte ropa del calor que empieza a hacer. Después de todo, no fue tan malo para los que teníamos asiento.


Al llegar al pueblo, más miseria que en El Cairo, pero nosotros con las mismas a buscar un taxi para ir al hotel que estaba junto al lago a 35 kilómetros del bullicio. Un paraíso si lo que se busca es descansar porque es que no hay nada que hacer ni ruidos que escuchar. Descansar, pasear, dar una vuelta por el pueblo, ir al lago y pocas más son las opciones que hay si no quieres tener que coger un taxi.


Así que llegamos y fuera, a pasear y ver el poblado, Tunis Village, un pueblecito junto al guest house donde el ratio niños/adulto debía ser algo así como 8/1... críos de todas las edades trabajando desde que pueden mantenerse en pie, yo no sé si contarán con algún tipo de educación pero por allí no se veía nada que hiciera pensar que era una escuela...


Casi al final del pueblo nos encontramso con Mahmud, un egipcio del terreno que nos invitó a sentarnos en el jardín de su jefe con el propósito de mantener una conversación egipcio-castellana... que fue lo que hicimos, él hablaba árabe, nosotros castellano, y hartos de no enterarnos dijimos que teníamos que seguir con la ruta... Ahmed, el hijo mayor de 4 vástagos era una fiera.


Seguimos andando por el pueblo y más de lo mismo, gente que te invita a pasar a casa a tomar un té, animales sueltos, niños a montones y de los adultos, ni rastro.


Después de recorrer medio poblado, nos fuimos al lago que estaba empezando a atardecer y allí hacía fresquico. Aguantamos hasta que los mosquitos empezaron a ponernos de los nervios y de vuelta al guest house a tumbarnos en las tiendas beduinas a no hacer nada más que cascar y cascar hasta que otra vez los mosquitos nos hacen desistir y nos tenemos que poner a cubierto.


Por las noches en el restaurante del hotel hay música local, así que estuvo bastante amenizada la velada con egipcios tocando y los guiris bailando.


Cuando dijimos por hoy ya está bien, fuimos a nuestra chocica a descansar que el día había dado bastante de sí desde las 8 de la mañana que empezamos.


A la mañana siguiente pues otra vez lo mismo, rumbo a Tunis Village a ver si encontrábamos algo distinto, así que si el pueblo tenía 2 calles y ya habíamos recorrido una, el segundo día no nos quedaba más opción que ir por la otra. Y otra vez igual, calles llenas de niños jugando y trabajando, gente amable que te invita a pasar a casa, y tanto va el cántaro a la fuente que al final acabamos dentro de una casa con 20 personas alrededor y todos de la misma familia. Quisimos echar una foto pero sólo los críos querían aparecer... estuvimos una hora tomando un té natural buenísimo y tratando de comunicarnos y hacernos entender aunque no lo conseguimos ni pa la de tres... y ya iban 2!


De vuelta al guest house nos encontramos con un grupo de niños donde sólo ellos trabajaban cargando ladrillos de un sitio a otro, los más pequeños 3 y los más fuertes 5... es una pena ver que estos críos no tienen acceso a muchas cosas que para nosotros pues son derechos básicos como puede ser la educación, pero por otro lado da envidia ver que son desde niños personitas comprometidas y que apoyan el hombro sin problema alguno cuando es lo que se espera de ellos e incluso cuando no es así.


Ya si que nos quedaba poca cosa que ver así que de vuelta al hotel y a preparar la vuelta a El Cairo, por más que nos pese!


Una vez allí nos encontramos con otro grupo de españoles que habíamos visto la noche anterior en la berbena, así que antes de volver a casa nos fuimos a ver un castillo en reconstrucción a pocos kilómetros del hotel, seguido de una comida buenísima tipo picnic y vuelta a casa con otra pareja de españoles sin tener que soportar el exceso de pasajeros de los transportes públicos, Alhamdulillah!


Hoy, de vuelta a la oficina pero un poco renovada y esperando el momento de irnos a Siwa!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE PENA DA VER A ESAS POBRES CRIATURICAS TRABAJANDO DE ESA MANERA ..... EL AGUA ESCASEA Y LA COMIDA SEGURO QUE TAMBIEN ¿DONDE ESTAN SUS PADRES? EL PUEBLO PARECE DESIERTO ............Y LUEGO NOS QUEJAMOS NOSOTROS...... A VECES NO SE DE QUE ..... VIENDO ESTAS COSAS SE TE QUITAN LAS GANAS DE MUCHAS COSAS..............ESQUE NO SE PUEDE HACER NADA PARA EVITAR QUE ESTAS COSAS PASEN Y ENCIMA LAS CRIATURAS SUPER FELICES CON ALGO QUE LES DES SE CREEN LOS REYES, Y LO POCO QUE TIENEN TE LO DAN

Unknown dijo...

El agua es cierto que no abunda pero comida parece no faltarles, casi todas las casas tenían un huertecico propio y animales para leche, carne o lo que se preste, dentro de lo malo no deben ser los peores, pero la higiene y la infancia allí no se conocen, trabajar y poco más es lo que vale.