domingo, 23 de mayo de 2010

De cómo el destino nos acabó llevando a Hurghada...

Las cosas a veces pasan… llevábamos la semana entera pensando dónde pasar el fin de semana, único requisito, que hubiera playa… así que estábamos entre Dahab, la parte oriental del Sinaí, o Hurghada, la parte occidental del Golfo de Suez… fue avanzando la semana, y ni una ni otra, nos unimos a la expedición de los Monasterios de San Antonio y San Pablo, a unos 200 kilómetros de El Cairo de distancia, y con una playa bastante cercana. La idea, no pegarnos la paliza de transporte que nos pegamos siempre…


Empezó la cosa el jueves por la tarde… cómo alquilar un coche en El Cairo??? Los expertos son Javi y Pepe, 6 horas les llevó encontrar un sitio donde nos alquilaran un coche, de otra forma el viaje se quedaba en nada… así que se fueron a las 7 de la tarde y volvieron a la 1 de la mañana con un Mitsubishi Lacer con kilómetros ilimitados para el fin de semana y 100 euros de alquiler… más o menos lo que íbamos buscando! Así que la espera fue buena…


A la mañana siguiente, a las 8 en marcha camino de San Antonio el Grande… el Monasterio Copto/Cristiano más antiguo del país (siglo III). Está en medio de la nada, junto a una colina y kilómetros de arena y desierto… aunque con la llegada de la era moderna las plantas de energía eólica que hay de camino pronto lo alcanzarán y dejará de ser un sitio perdido en la nada…


El Monasterio, precioso, reconstruido tras los ataques de los beduinos que saquearon y mataron a todos los monjes que había en su interior sucesivas veces allá por los siglos XI, XII y XV creo recordar… el motivo, las riquezas que poseían, animales, comida... cualquier cosa que en esos tiempos pues probablemente sólo tenían los religiosos y la realeza...


El Padre Ruiz nos explicó la historia del Monasterio durante unos 30 minutos y nos habló de la vida de los monjes que allí van a parar... cerebritos encerrados en el desierto con poco más que hacer que encerrarse a reflexionar y encontrarse con ellos mismos... a pesar de todo, nos dijo que el Monasterio abastecía de víveres a la mayoría de hoteles 5 estrellas de El Cairo... allí, ni una plantación, ni un ganado pastando... pero no pondremos en duda la palabra de un padre!


Acabamos cerca de la 1 del mediodía el paseo por el Monasterio, y de ahí a ver la cueva en la que San Antonio pasó sus últimos años... 1200 escalones y 2 kilómetros separan el Monasterio de la cueva... unido a 40 grados a la sombra y que eran las 2 de la tarde... unos subieron, otros no quedamos a la fresca esperando el momento de ir a la playa!


Cuando bajó el grupo atrevido, la duda era, seguir hasta San Pablo o quedarnos en la playa???? La comodidad de llevar coche hizo que unos fuéramos directos al hotel y otros siguieran a San Pablo...


El hotel en Zafarana... un 4 estrellas según internet... en vivo y en directo, ni un 2 estrellas español... desierto, un hall sin nada más que el recepcionista, polvo, una piscina verde, cables a lo largo de los pasillos, un restaurante preocupado por los que éramos para comprar la comida justa... el precio, de vértigo, 20 euros por persona en un país donde el salario medio ronda los 80 euros/mes... después de pelear inútilmente durante más de media hora, cogimos el coche y rumbo al sur... a dónde? Ni idea... sólo al sur... ya cuando salimos de El Cairo decíamos... Hurghada! Eso son sólo 500 kilómetros! ... Ahora eran ya sólo 280...


Seguimos al siguiente pueblo, Ras Gharib, un pueblo en el que el rostro de los turistas no se ha dejado ver mucho... a 100 kilómetros de Zafarana y a 150 de Hurghada... un pueblo en medio de la nada rodeado de refinerías petrolíferas, mar y desierto... hoteles, ni uno...


Llegados aquí... qué hacemos??? Marcha atrás a Ain Sokhna, 150 kilómeros, o seguir al sur a Hurghada... 150 kilómetros... vámonos al sur!!! Total, que empezamos el viaje a las 8 de la mañana y a las 6 de la tarde llegamos a Hurghada... antiguamente poco más que un pueblo de pescadores y ahora un pueblo destiando al turismo de Todo Incluido Ruso y Alemán, pulseras de todos los colores en las muñecas de todos los extranjeros que andaban por sus calles... nosotros íbamos en busca de lo barato, y sin saber muy bien cómo, acabamos con la pulsera del Todo Incluido del Bel Air Azur Resort... todo el alcohol y la comida que quieras durante más de 24 horas... el colofón a un día de calor y coche no podía ser mejor!


Antes de este final tan feliz, los 250 kilómetros entre Zafarana y Hurghada no tuvieron desperdicio... cruzamos poco después de Zafarana y antes de llegar a Ras Gharib un control policial que nos paró por sobrepasar el límite de velocidad... cómo? Y el radar? Bajaron del coche Pepe, Javi e Ignasi... y empezaron a acosar al policía... Overspeed??? Why? Where is the photo? No photo, no overspeed! El policía no se había visto en una igual así que nos dejó marchar... 100 kilómetros más tarde, otro control... Overspeed! 150 Pounds! De nuevo, a hacer la del radar... no photo, no overspeed, no money! Pero el policía resultó ser más cabezón que el anterior... solución, we are working for the Spanish Embassy! Llamadlos... qué? Así que Javi, a llamar a alguien que se invente algo que este entienda y que nos deje pasar! Alhamdullillah, cuando Javi se puso a llamar por teléfono y a hablar, el policía nos devolvió la licencia y el pasaporte y seguimos rumbo a Hurghada sin mayores percances... nos merecíamos un buen descanso!


En Hurghada, bien, por la noche salimos a Little Buddha a dar una vuelta después de tomarnos unos 5 Mai Thais por persona en menos de una hora... el tiempo corría y sólo había bebida hasta las 2.00 am!


Al día siguiente, poco más que comer, tomar el sol, disfrutar de la playa y las piscinas y volver a El Cairo. Ha sido el fin de semana donde más hemos dejado actuar a la improvisación... si no sabes dónde ir... siempre hacia el Sur!


domingo, 9 de mayo de 2010

Sharm El Sheikh

Nueve años han sido los culpables de este viaje... decidimos irnos a la costa, a disfrutar de aguas cálidas repletas de corales y peces varios. Emprendimos el viaje miércoles por la tarde rumbo a Sharm El Sheikh en un bus público que tardó 8 horas en llegar a la ciudad costera.


Antes de llegar dudas razonables: es un buen sitio? Descansaremos? Nos gustará? Y es que es la parte sur de la Península de Sinaí está repleta de Resorts turísticos que se han llevado consigo la belleza que probablemente tendría el pueblo 20 años atrás y que a pesar de ocupar todo el litoral son los que han dado vida y trabajo a los beduinos que solían vivir allí.


Al llegar, dudas resueltas, descansamos, nos gustó y el sitio era especial. Además el tiempo acompañaba y tuvimos unos días de sol envidiables.


Originalmente Sharm El Sheikh era una ciudad pesquera pero desde que los israelitas decidieron marcharse de allí en 1982 la ciudad empezó su transformación hasta convertirse en lo que bien podría ser cualquier ciudad española costera y donde aún pueden verse construcciones por todos lados esperando un día ser ocupadas por turistas europeos.


Nosotros elegimos un hotel en Sharks Bay, alejado del bullicio, discotecas, restaurantes y tiendas de Na’ama Bay, aunque no por ello dejamos de estar rodeados de rusos, franceses e italianos que son los que se han encargado de darle vida a la costa. Aún así el hotel era bastante tranquilo, ofrecía todo lo imaginable y tenía playa propia que no es una cosa muy común en los hoteles que ocupan la costa.


Es una ciudad donde barcos pesqueros ya no se ven y que han sido sustituidos por yates que hacen rutas entre la bahía y el Parque Natural de Ras Mohammed o la Isla de Tiran. Por escasez de tiempo, sólo pudimos visitar la Isla y es preciosa, arrecifes por todos lados y peces distintos a los que habíamos visto en Asia, con colores más vivos y caras más simpáticas.


Para el snorkel, si las gafas y el tubo son necesarios, unas aletas que te permitan ir al ritmo de los demás y una cámara acuática que te deje inmortalizar lo que estás viendo no lo son menos. Las aletas no sabíamos que eran tan necesarias, así que no las compramos y allá fuimos nosotros en nuestro barco La Luna con un grupo de guiris no inferior a 30 de los que pocos o ninguno se había olvidado de este necesario e imprescindible accesorio… el resultado, que cuando nos soltaron para hacer snorkel en medio del Mar Rojo durante 45 minutos, cuando los demás estaban de vuelta, nosotros acabábamos de empezar… dejando esto de lado, los corales preciosos. Nosotros no somos muy fans del mundo acuático porque como muchos otros deportes y hobbies exige 2 cosas, dinero y tiempo, y cuando no nos falla una cosa nos falla la otra, así que nos conformamos con lo que vamos viendo cuando tenemos tiempo y podemos escaparnos unos días, pero si se puede no se debe dejar escapar la oportunidad de ver la fauna marina.


Además del turismo que persigue ver la fauna marina, otros, y no pocos, son los que se acercan hasta allí para ver los barcos que quedaron encallados en los arrecifes hace años.


Y para el resto del tiempo, pues se puede optar por hacer lo que se quiera porque oferta no falta, hay excursiones al desierto, al Monasterio de Santa Catalina, al Monte Sinaí… a donde se quiera, incluso a Petra. También se puede optar simplemente por descansar en la playa y hacer snorkel a escasos 20 metros porque los arrecifes empiezan en la misma orilla.


Inolvidable ha sido el fin de semana… más que nada porque te evades del caos que reina en El Cairo y donde el calor ya empieza a hacerse insufrible, donde el solo ruido de los coches no te deja descansar, donde no se puede bajar la guardia ni relajarse en un día normal paseando por las calles… allí, no hay diferencia de religiones porque el dinero es lo que impera, así que los musulmanes autóctonos de allí no han tenido otra que resignarse y poner buenas caras a mujeres en top less, bikinis y shorts que pasean por sus calles. Es un Egipto DIFERENTE.