miércoles, 11 de enero de 2012

Vuelta a El Cairo

Bueno, pensaba que no sería posible volver en años cuando me marché, hace ya 16 meses exactamente, pero no, me equivocaba. Vuelvo, y vuelvo pronto, aunque esta vez sólo de visita. 

     Fuente: mx.ibtimes.com 

Esta vez no voy a salir de El Cairo, pero no creo que haga falta, apenas voy 4 o 5 días y la ciudad parece haber cambiado bastante, envuelta en manifestaciones multitudinarias desde hace meses. Ojalá vaya para ver que el cambio, el daño y las manifestaciones han sido para mejor, para ver una ciudad más libre y democrática, abierta, ordenada... pero me temo que va a ser al contrario, edificios dañados por el ejército y la población, gente que sigue manifestándose porque quiere un futuro mejor, pancartas, banderas que hacen que Egipto se vea y que haya dado la vuelta al mundo... y veré también los policías corruptos a los pies de las pirámides, lo que te paran en la autopista inventando que te ha visto un radar y llevabas exceso de velocidad... 

En fin, no quiero ser demasiado pesimista antes de volver, a la vuelta contaré más sobre lo que hay, lo que había y lo que habrá.

Fin.

jueves, 26 de agosto de 2010

Danza sufí. Derviches de El Cairo

Ayer estuvimos en el espectaulo de Danza Sufi que hay en la zona de Khan al Khalili.


Levábamos tiempo con ganas de ir y por los pelos no nos hemos quedado sin verlo...


Lo bueno de haber ido casi al final de nuestra estancia es que como es Ramadán, las colas para entrar y la sala abarrotada de gente que nos habían contado no eran tales. Sillas para casi todos los asistentes y un ambiente fresco a pesar de los veintitantos grados nocturnos...


La danza empezó a las 9 y tarda más o menos hora y cuarto... llevadera y entretenida. Tiene mérito estar 40 minutos dando vueltas sin parar!


Ayer leí mientras buscaba información que estos bailarines suelen ser gente pobre que además esta condenada a seguir siéndolo ya que lo que recaudan en las actuaciones lo donan a otros pobres. 


Aquí os dejo un poco de dónde proviene y en qué consiste esta danza.


La Danza Sufí, más precisamente denominada "sama" o giro, es conocida y practicada en diversos países por una importante cantidad de personas. Esta danza consiste esencialmente en girar sobre el propio eje en la dirección del corazón facilitando estados alterados de conciencia y de éxtasis místico. El fundamento y el sentido más profundo de esta danza hay que buscarlo en la tradición del Islam.


Danza de los derviches 
Los derviches son los sufis islámicos. El sufismo es una corriente espiritual surgida en Persia antes de la era cristiana que se integró posteriormente en el Islam. Es un camino de búsqueda de la experiencia de Dios. Es el descubrimiento de Dios para alcanzar la unidad a través del amor. 


El sufismo está formado por una diversidad de técnicas, dirigidas e indicadas por el maestro o sheik, basadas en la meditación, la oración, el ayuno, la música, la poesía, los cuentos y la danza. La danza Derviche ya existía con anterioridad al Islam en Asia central. Los chamanes entraban en éxtasis a través ella. Posteriormente evolucionó con el Islam. El giro es practicado según determinadas reglas, en lugares y momentos precisos. La mano derecha se coloca extendida hacia lo alto con la palma mirando hacia el infinito, la mano izquierda se dirige hacia la tierra. De esta manera el bailarín se convierte en un mediador entre el cielo y la tierra, lo infinito y lo finito, la persona se vacía para ser un canal. En este rodar rítmico se busca entrar en unión con el todo.


En este video podéis haceros una idea de lo que es el baile. Muy curioso y visita casi obligada si hay tiempo. Espero que os guste!


martes, 24 de agosto de 2010

Abu Simbel

A la tercera va la vencida... ya había estado dos veces en Aswan y ninguna de las dos fui a ver Abu Simbel... así que nos tocó hacer un viaje a Aswan únicamente para ver los templos de Abu Simbel...


El viaje, contratado desde Aswan desde el hotel en el que nos quedamos, barato como pocos y más si se compara con lo que te ofrecen los cruceros... 105 euros frente a los 8 que pagas si se contrata desde el hotel más los 6 de la entrada de estudiante... total que la diferencia es la leche y debería darles vergüenza a las agencias de viaje cargar ese dineral por un tour en el que vas en el mismo autobús que la gente que ha pagado 10 veces menos... pero bueno, es de lo que viven los tour-operadores, de sacar el dinero a aquellos que están dispuestos a pagarlo...


Los templos están bien, aunque yo no se si lo bastante bien como para hacer un viaje exclusivamente allí... la ciudad no tiene nada, y cuando digo nada, es nada. 300 kilómetros al separan de Aswan y entre medias no hay más que desierto y una recta interminable. Cosas para ver hay pocas, los dos templos que en media hora están vistos, y cientos de españoles en manada aprovechando el estío veraniego para venir a Egipto con la fresca... es cierto que ahora los tours son más baratos que en Diciembre o Semana Santa, pero el viaje no se disfruta ni la mitad, el calor y la humedad agobian demasiado como para poder pasear tranquilamente por el bazar de Aswan o visitar el Valle de los Reyes en Luxor... mi recomendación, evitar venir a este país en los meses de verano porque no se disfruta ni la mitad de lo que se podría!


Y bueno, dejo algunas fotos de lo que vimos e hicimos que fue poco mas que estar en la piscina del hotel e intentar dar una vuelta en faluca pero que fue mas corta de lo previsto por el calor que hacia...


Lo próximo, la despedida de Egipto con un curso de buceo que vamos a hacer en el Sinaí como regalo de cumple de Pepe que ya tiene 29 añazos!


Y si no pasa nada, InshAllah, el 9 de septiembre volvemos a casa, bueno, a casa de nuestros padres, pero a nuestra tierra!

domingo, 15 de agosto de 2010

Islas Griegas y un poco de Atenas




Solemos viajar, pero no como lo hemos hecho esta vez… esta vez ha sido un viaje de relax, de sol y playa y de pocos monumentos. El destino, Grecia.


Nos fuimos hace ya más de una semana un jueves por la tarde. A las 2.00 a.m. estábamos en Atenas, en casa de Antonio con otras 6 personas y sin quererlo listos para salir a descubrir la noche ateniense.


Los bares, geniales, nada que ver con lo que hay en El Cairo ni nada que ver con lo que tenemos en Murcia. Calles con terrazas y bares abiertos al más puro estilo de bar de playa pero en el centro de la ciudad. Los precios, de escándalo. Una cerveza, 6 euros. Un cubata, 10… el tabaco, prohibido, aunque nadie hace caso de ello y los dueños de los bares prefieren la multa o la pena antes de que la gente no vaya a consumir por no poder fumarse un cigarrillo…


7.35 a.m., hora del ferry hasta Mykonos… compramos el billete económico, con silla… lo que no sabíamos era que en los ferrys griegos te venden un billete con derecho a asiento y te suben a una terraza abarrotada de gente y sin corrientes de aire donde tener un viaje confortable es prácticamente imposible… el trayecto, de 5 horas y media creo… lo bueno, aunque lo descubrimos al final pero nos sirvió para nuevos trayectos, es que la clase económica cuenta con un Mc Donalds local que cuenta con sillas y mesas con aire acondicionado…


Mykonos. Estancia de 3 noches/4 días. Uno de los mejores destinos en los que hemos estado nunca. Por mucho que diga, hay que ir a verlo y descubrirlo con tus propios ojos. Es una mezcla de sociedad moderna que se concentra en los bares de playa y en los restaurantes del centro, con panteones en medio del monte, avestruces, pollos y burros en parcelas individuales, casas blancas con puertas y ventanas azules, callejones estrechos, tenderos que están allí toda la vida con su gorra de pescador, molinos, iglesias ortodoxas y gente, mucha gente.


Allí estuvimos en casa de Konstantine, un griego genial, con una casa increíble en Platis Gialos, y con unos padres geniales. Estuvimos con ellos 4 días. La cocina de su madre no tiene nombre, eso es exquisito! Bueno, en general la comida griega es bastante buena, dieta mediterránea no muy diferente de la española.


Uno de los días hicimos la excursión a Delos, una isla a menos de 1 hora de camino de Mykonos que fue el centro del comercio entre Persia y Oriente y con templos dedicados a Dioses de la mitología griega. Restos, ruinas, quedan pocos… La excursión está bien pero el calor no acompaña…


Para movernos por allí, además del Jeep de Kostas alquilamos una Scooter. 20 euros al día pero tienes una libertad increíble y merece la pena porque en Mykonos hay muchísimas playas que ver. El casco ni te lo dan cuando alquilas la moto, eso sí, no son de más de 50 y con las cuestas que hay más de una vez me tuve que bajar de la moto para poder subir…


Las playas... estuvimos en varias. La de Súper Paradise estaba genial, pero la cuesta que tiene es un gran problema… de allí no hay quien salga… la gente se bajaba de las motos/quads para ver si un coche podía subirlos hasta el final, aunque los coches tampoco lo tenían fácil para subir.


El ambiente gay se notaba en toda la isla, pero fue en la única, el resto de islas fueron bastante más tranquilas que Mykonos y con un tipo de turismo diferente, más familias y parejas que gente joven en busca de fiesta.



Paros. Esta fue la segunda isla en la que estuvimos. Solo un día. Estuvimos en Parikia, la zona del puerto donde hay playas para bañarse. Con la moto nos fuimos hasta Naoussa, un antiguo pueblo pesquero pero hoy día entregado al turismo aunque conserva parte de su encanto. Típico de allí es colgar los pulpos al sol para que se sequen y después cocinarlos…


El centro de Paros no era muy diferente del de Mykonos, más pequeño tal vez y menos abarrotado pero bonito igualmente.


Santorini. La última isla que tuvimos tiempo de visitar… allí otros 4 días con una moto alquilada para movernos por la isla. A mí se me antojó mucho más amplia que Mykonos y Paros…



Las playas no son tan buenas como las de las otras islas, pero Santorini es más famosa por sus vistas y atardeceres que por tener playas paradisíacas… y la verdad es que la fama la tiene bien merecida.


Vimos 4 pueblos: Pyrgos, Thira, Imerovigly y Oia, por el resto estuvimos de pasada con la moto.


Menos rural y lleno de viñedos. Más población autóctona que en las otras islas y luego a luego más hoteles que casas particulares.


Cuando se habla de Islas Griegas, la foto que aparece siempre en la mente de la gente es la de cúpulas azules de iglesias blancas con el mar de fondo… un contraste perfecto y que le da a la isla el encanto que tiene.


Lo malo es que lo turístico es muy turístico… autobuses que transportan a la gente de los cruceros por el Mediterráneo llegan continuamente, con el escándalo que ello supone y que hacen perder cierto encanto a la ciudad… más aún cuando escuchas a algún español soltando barbaridades porque piensa que por estar en Grecia nadie lo entiende…


Pero lo malo es insignificante, merece la pena ir y verlo, acantilados llenos de casas, hoteles, restaurantes y puestecillos de souvenirs asolan la costa. Es único.


Yo dejo unas cuantas fotos, pero todo aquel que pueda no debería perder la oportunidad de ir a visitarlo.


Y las playas… pues no son tan buenas como las de Mykonos, pero por eso mismo había zonas en las que estábamos solos disfrutando de la arena y el agua sin más ruido que el que nosotros hiciéramos… con salir un poco de la zona turística la isla cambia, tranquila y sin bullicio es ideal para descansar.



Atenas. Y al final resultó que sólo nos quedó un día para Atenas... bueno, una mañana más bien. La dedicamos a ver la Acrópolis y a andar un poco por las calles, aunque siendo sábado y Agosto la mitad de las cosas estaban cerradas.


Como ciudad, a nosotros nos dio la impresión de estar muy limpia y ordenada, tal vez porque estaba desierta, pero de buena gana me dejaba El Cairo e iba a vivir allí...


Así que bueno... estas han sido más o menos nuestras vacaciones. Agradecidas como las que más porque no se sabe lo que te pierdes hasta que vuelves y lo tienes de nuevo... la comida, la gente, el clima, el ambiente, el orden, la limpieza, el transporte público... todo! La pena del viaje, haber vuelto ya... pero en menos de un mes volvemos a casa InshAllah y volvemos a la normalidad, que después de tanto tiempo aquí lo anormal se está convirtiendo en nuestro día a día!


domingo, 25 de julio de 2010

Backpackers en Siria

Dejamos atrás Jordania y de camino a Siria…


Día 1. El autobús, uno de los dos diarios, sale a las 3 de la tarde del centro de Amman. El precio, 8 JD por persona. El tiempo, unas 5 horas incluyendo el paso por la frontera. El camino… desierto.


La frontera… bueno, dejamos el autobús y una parada en el baño es obligatoria… a mi lado y junto a mis vaqueros cortos y mi camiseta de tirantes, 20 nijabs me rodean… yo ya no se si esto es Siria o Jordania, pero no se ve gente como la que vimos en Amman. Chicas jóvenes cubiertas enteras.


En la frontera en sí, veo el primer burka, que tampoco se llama así, y que es un pañuelo negro que cubre la cara completamente… como ven, sigue siendo un misterio para mí.


Mujeres en la frontera, las justas, son los maridos o familiares los que llevan sus pasaportes y andando.


Salimos de Jordania después de 3 controles policiales y casi 30 minutos esperando a que nos sellen el pasaporte…


Llegamos a Siria… los mismos de antes delante de otros policías que se dedican a hacer un trabajo administrativo, pero más acelerado que el de Jordania, en unos 15 minutos conseguimos pasar la frontera y voila! Estamos en Siria fuera del territorio fronterizo.


Cuando el autobús se desvía de la autovía, entramos en una zona bastante sectorial y dedicada a la reparación de coches… pensamos… esto será una parada que hace antes de ir a Damasco… pues no, eso es Damasco


Como salir de la estación? Conocimos a unos turcos muy majos que hablaban alo de árabe y que se ofrecieron a acompañarnos… 5 montados en un taxi camino de Bab Touma, en el centro de Damasco y una de las puertas de entrada al Old City. Por suerte, mejor que la primera impresión que nos llevamos… más limpio, mejor comunicado y lleno de gente.


Allí quedamos con Amjad y dimos una vuelta por el Old City cargados con todas nuestras mochilas… llegamos reventaos! Pero el sitio increíble, terrazas, tiendas, cafeterías, callejones con encanto e historia… además, todo iluminado con lo que el encanto era mucho mayor.


Después de dar una vuelta por las principales calles, ver la Mezquita de Omayyad y el Mercado, por fin cogemos un taxi hasta la casa de Amjad para poder dejar las cosas.


Paramos un rato, cascamos y de vuelta al Old City… muertos es poco, pero no podemos decir que no a los anfitriones! Así que nos vamos de paseo por las callejuelas y a tomar un algo para saciar el hambre que las comidas no han estado siendo nada regulares… más bien un como lo que pillo y cuando lo pillo!

Día 2. Nos levantamos con música habibi y con un desayuno preparado por Amjad… yo por miedo a que me siente mal no como mucho, pero buena pinta tenía y más de uno habría dado buena cuenta de lo que en la mesa había.


Por desgracia, tenemos que dejar a casa de Amjad así uqe cogemos un taxi y a buscar un hotel… cual, ni idea, le decimos al taxi que nos lleve a Bahsa Street y a buscarnos la vida… los precios, caros, mas de 30 euros por noche por habitaciones regulares y pequeñas, pero no nos queda otra, así que dormimos en el Diwan Hotel por 1750 SYP, unos 30 euros al cambio con desayuno incluido, aunque para lo que tomamos, podrían habernos descontado el dinero y dejarnos sin desayuno.


A la calle!!! Empezamos por el Mercadillo, atiborrado de gente como todo, pero esta calle especialmente. Compramos un helado de muerte en Barak y seguimos a la Mezquita de Omayyad.


Al final de Mercadillo, aparece la Mezquita, la más bonita que hemos visto hasta ahora, aunque tampoco es que hayamos visto muchas para estar viviendo en un país musulmán… La entrada, 1 euro por persona e incluye una especie de bata para las mujeres para que se tapen enteras. En el interior, gente acostada y niños correteando. La zona para rezar, separa a hombres y mujeres y es bastante tranquila, al menos quita un poco el sol.


A la salida, a dar vueltas por las callejuelas, a ver Mezquitas, Palacios, Museos, puestecillos y a comer comida típica Siria en un restaurante bastante asequible y con comida de muerte. Esta vez la Lonely estaba actualizada, aunque probablemente porque el restaurante llevaba tiempo sin cambiar los precios… para buscar hoteles, la guía está totalmente obsoleta…


Y seguimos callejeando después de comer sin saber muy bien dónde estamos ni a dónde vamos, pero perderse es difícil.


Conforme va atardeciendo, volvemos a la calle principal, a la que esta repleta de puestos con souvenirs y cosas típicas del país, y nos tomamos una Mirinda a espaldas de la Mezquita. Tomamos un gofre y un granizado típico de allí y al hotel no muy tarde… al día siguiente, a madrugar para ir a Palmyra.


Día 3. Nos levantamos y seguimos los consejos de un indio británico que decía que para llegar a la estación de autobuses había que coger el autobús 15… así lo hicimos, y a 500 metros, el conductor nos dice que bajemos y cojamos un minibus… nos tomó bien el pelo… después de llegar a la estación… por allí pasaba el autobús 15. Pero bueno, la carrera nos salió por menos de 1 euro así que tampoco fue tan malo…


En la Pullman Station, un montón de buses que van a todos sitios… nosotros cogemos el que sale a la de ya a Palmyra, 200 SYP, 3 horas. El autobús, ni cómodo ni incómodo, simplemente sirio.


3 horas después. Estamos en Palmyra. Taxistas que ofrecen llevarte a las ruinas, a Citadel o a un hotel. Hoteleros que te ofrecen habitaciones. Nosotros nos decantamos por eso. Al Fadis Hotel o algo así se llamaba el nuestro… eso no era ni hotel ni nada. Licencia no tendría, y una inspección de Sanidad tampoco la pasaba… el precio, 400 SYP, 8 euros la doble con aire acondicionado, toallas que dejan bolas, balcón con vistas a las ruinas y a Citadel y una caterva de indios alojados allí.


Y rumbo a las ruinas. Recomendaciones de la Lonely: ir cargados de agua! Y no es tontería… una buena caminata bajo el sol y sin sombra alguna…


Lo que se ve, ruinas romanas, un anfiteatro romano y el Templo de Bel, hoy día prácticamente derruido, pero quedan restos suficientes como para que sea Patrimonio de la UNESCO y te cobre 150 por persona para entrar.


Aparte de las ruinas, las visitas que hay que hacer son el Valle de las Tumbas y Citadel.


El Valle de las Tumbas es un conjunto de tumbas de diferentes estilos en medio del desierto y para las que hace falta tanto entrada como un coche para poder llegar ya que están a unos 4 kms de las ruinas.


Citadel, lo recomiendan para ir a ver el atardecer, así que todos los turistas que ese día andaban por Palmyra estaban en lo alto de Citadel dando una vuelta y esperando ver meterse el sol.


Y con poco más que la cena se acabo el día…


Día 4. Nos levantamos sin saber la paliza de día que nos esperaba… autobús hasta Homs (que no merecía ese nombre) sin aire acondicionado ni sillas para todos los pasajeros. Trayecto, 2 horas. Precio, 75 SYP.


Llegamos a Homs y autobús urbano de 40 minutos para ir a otra estación desde donde salen los minibuses hasta el Crac de los Caballeros. Trayecto, 1.30 horas. Precio, 50 SYP. Comodidades, nulas.


Por fin llegamos al Crac de los Caballeros, con un espacio muy bien pensado para que los que van viajando dejen las mochilas. Entrada, 150 SYP. Pegas, que estaban de obras y había obreros por todo el castillo montando un escenario nocturno. Las vistas desde allí, geniales, y el castillo también, pero mejor lo describen las fotos.


Para salir de allí, minibus otra vez hasta la autovía. Ahí, nos dejan y a hacer autostop para que alguien nos lleve a Tartus. No nos para ni un minibus, pero al poco, un Hyundai con 6 pasajeros se para y dice que nos lleva… Cómo? Le digo a Pepe, si van 6 ya! Pues nada, aquí los asientos no son uno por pasajero, sino uno para todos los que quepan… 8 viajamos hasta Tartus. Nos dejaron el la Catedral y a buscar un hotel. La Lonely volvió a fallarnos, los precios no son los que ponían, pero al final dormimos por 800 SYP en el Daniel Hotel, con un recepcionista/dueño digno de ver… El pueblo tenía poco más que una Iglesia, una Mezquita y una Isla a la que no fuimos. Es la primera vez que me sale una cucaracha en un plato… pero bueno…


Día 5. Salimos de Tartus en un bus que tarda una hora en llegar a Latakkia, otro pueblo costero y para nuestra sorpresa donde las mujeres van vestidas con tirantes, faldas o pantalones cortos… para dormir, Hotel Latakkia, habitación doble pero con baño común… 400 SYP. El altavoz de la Mezquita por poco no se mete dentro de la habitación. El dueño, un sirio empeñado en llamarnos árabes pero que se indignaba si lo comparábamos con los egipcios.


Dejamos la habitación y a buscar un minibus que nos lleve al Castillo de Saladino, a 30 kilómetros de la ciudad. Precio, 20 SYP, 1 hora. Al bajar, el Castillo queda a unos 10 kilómetros así que o taxi, o autostop o moto. Nosotros nos montamos en una moto los 2 más el conductor y fuimos la mar de cómodos. Ida y vuelta por 100 SYP.


El Castillo, probablemente más grande que el otro pero peor conservado. La entrada como siempre, 150 SYP.


Estábamos de vuelta en la ciudad a medio día así que a buscar algo para comer. Nos dimos un lujo. Entramos a un sitio llamado Mandaloun, genial y muy barato para la calidad y el servicio que dan. El resto de la tarde, tomando un batido de vainilla y paseando por la ciudad, que dicho sea, poco tiene que ver ya que la Corniche se cerró y no se puede pasear por la orilla del mar que ha pasado a ser un puerto.


Día 6. Latakkia – Aleppo. CRIMINAL! Nos montaron en un medio bus incomodísimo y lleno y fuimos 2 horas por puertos llenos de curvas… sin duda el peor trayecto. A las 3.30 horas llegamos a Aleppo.


El cambio increíble, volvemos a zona musulmana, mujeres cubiertas enteras y que escasean por las calles.


Buscamos de nuevo los hoteles recomendados en la Lonely pero los precios se han doblado… nos metemos al Spring Flower Hotel que resulta estar genial y muy barato, 650 SYP la habitación. El dueño, un exabogado que probablemente dejara la profesión por sus dificultades para ser claro y directo, un figura rarísimo al que más vale no darle conversación.


Aleppo… salimos del hotel y por casualidad nos topamos con un hombre que paso 11 años en España. Sin ni siquiera preguntarnos, dice VENGA! Y se nos une en el paseo… bueno, mas bien, lo guía, hacemos lo que quiere… Nos enseña la Mezquita de Omayyad, el Zoco y el Castillo y por fin nos deja descansar un pelín y comer algo que estábamos desmayados. La comida de Aleppo muy buena, la carne, el Toshka y los zumos.


Visitamos el Castillo y la Mezquita, y cuando volvemos al zoco a dar una vuelta ya esta cerrado… esto no es El Cairo!


Día 7. En Aleppo los viernes se cierra todo, así que acostumbrados al ritmo de El Cairo, se hace raro. Nos vamos a las ciudades muertas y vemos San Simeón de paso, casi lo único que merece la pena del tour en el que nos metimos por 600 SYP por cabeza.


A la vuelta, Aleppo esta muerto y no tenemos donde ir a dar una vuelta, así que nos vamos a la plaza del pueblo a comer cacahuetes y a ver pasar a los locales. El viaje se acaba.



Día 8. Ultimo día de nuestras vacaciones… lo pasamos entero viajando! Cogimos el bus Aleppo-Damasco a las 6.30 de la mañana y el avión de vuelta aterrizo en El Cairo a las 6.30 de la tarde… entre medias, nada más que autobuses, esperas, colas y desesperación.


El viaje, genial, aunque cansado… nuestra idea era alquilar un coche, pero como adelantamos la salida un día cambiamos los planes… y acabamos dando tumbos por todos estos sitios! Lo que nos hemos gastado entre los 2 países, 375 euros por persona en comer, dormir, movernos y entradas… sin contar los vuelos que son un pico! Pero el viaje es recomendable. Nos dejamos sin ver Aphamea pero será para la siguiente visita.