domingo, 27 de junio de 2010

El-Alamein, cementerios de la Segunda Guerra Mundial y Mar Mediterráneo

Ya nos va quedando poco tiempo en Egipto y pocas cosas que ver.










Este fin de semana lo hemos pasado en El Alamein y la Costa Norte.



El Alamein es una ciudad costera del Norte de Egipto famosa no sólo por sus arenas blancas y aguas turquesa sino también por los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial.



Aquí tuvieron lugar dos batallas que dejaron más de 80.000 muertos a su paso, 3 cementerios conmemorativos y minas terrestres aún escondidas por la costa.  



Los culpables, el general británico Bernard Montgomery y Erwin Rommel (conocido como el Zorro del Desierto).

Rommel se lanzó primero pero fue detenido por las minas terrestres y la artillería inglesa. Los británicos se lanzaron poco después contra las tropas de Rommel, aprovechando su superioridad numérica. Los germanos aguantaron poco el ataque y tuvieron que retirarse hacia el oeste para evitar ser aniquilados, dando esta orden Rommel a pesar de no obtener permiso de Hitler. De haber mantenido la posición, en vez de 80.000 muertos, el número sería mucho mayor.


El encuentro decisivo fue el 4 de noviembre. Los británicos interceptaron la pista de Rahman y tomaron el cuartel general alemán. Las tropas del Africa Korps se encontraban desfallecidas por los escasos abastecimientos. Fue la batalla por la que el general Montgomery (Monty) fue ascendido, condecorado y ennoblecido a Primer Vizconde de El-Alamein.


De todo esto, lo que ha quedado han sido 3 cementerios, el alemán, con más de 4.000 soldados enterrados; el italianos, con 4.800, y el cementerio de la guerra donde se concentran miles de tumbas y lápidas que muestran el origen, la religión y la edad de los que allí se quedaron para siempre.



El museo militar reproduce con mapas y maniquíes las batallas y condiciones que allí se vivieron, y aun conserva varios de los tanques, camiones, teléfonos, botiquines, calzado y demás menesteres utilizados en tierras costeras.


Cuando terminamos con las visitas turísticas, de camino a la playa. La Costa Norte, sin duda, la mejor de Egipto. Aguas turquesa, arena blanca, playas kilométricas y tranquilidad, ni mezquitas, ni tráfico, ni pitidos, ni egipcios. Perfecto para cambiar de aires en cuanto se necesite.


La distancia, a unos 300 kilómetros de El Cairo. El coste, barato. Los cementerios son gratuitos, el Museo de la Guerra cuesta 2 pounds si te inventas que eres estudiante y muestras una tarjeta de crédito cualquiera. El transporte, depende, si vas en bus, 100 ida y vuelta más moverte por allí en taxi que no se cuanto será; si vas en una van, 150 por persona. El alojamiento, en una casa habibi con 2 baños de dudosa higiene, salón, terraza, jardín y 4 dormitorios, 60 pounds por cabeza (cabida para 9). La comida, lo que te quieras gastar. Total del fin de semana, 300 pounds por cabeza, menos de 50 Euros por salir de El Cairo.


domingo, 20 de junio de 2010

Sharm El Sheikh, Round 2

Por segunda vez nos hemos plantado en Sharm El Sheikh… esta vez sin más excusa que la de pasar un fin de semana en la playa, disfrutar del sol, del ambiente extranjero y de peces y corales varios.


El viaje empezó como siempre, con una panzá de autobús. Salimos a las 15.15 de El Cairo y llegamos a Sharm a las 22.00 acompañados de 40 grados. Casi 7 horas para un trayecto de 500 kms por carreteras rodeadas de desierto y bordeando el mar. Por fin llegamos Miguel, Pepe y yo y allí estaban ya Sandra y Alexis.


Volvimos a dormir en el Shark’s Bay Umbi, el hotel en el que estuvimos en Mayo y que por precio y calidad estaba bastante bien, aunque esta vez dormimos en el hotel, mucho más amplio que las cabinas de la playa.


La primera noche, pizzas en el hotel y poco más, de cháchara hasta que el sueño empezaba a vencernos…


Al día siguiente, el viernes, nos íbamos de excursión al Parque Natural de Ras Mohammed. Opciones, dos. La primera, ir en barco y hacer snorkel en los sitios en los que te soltaran, precio, 35 euros/persona. La segunda, ir en coche, pagar los 5$ por persona que costaba la entrada e ir por libre parando donde quisiéramos. Ni decir tiene que cogimos la segunda por comodidad, precio y porque no somos muy de deportes acuáticos muchos de los que íbamos en el viaje.


Arrancamos a eso de las 11 de la mañana previa parada en el Carrefour para proveernos de todo lo que nos iba a hacer falta durante el viaje.


Ras Mohammed… parque natural con unas playas mejores que las caribeñas que he visto por ahora. Vegetación, nula, ni un solo árbol que hiciera sombra… Calor, a más no poder!


Rutas, creo que 5. De las que me acuerdo, de 2, Yolanda Beach y Aqqaba Beach.


Por allí, autobuses y tours de día que buscaban bañarse en aguas tranquilas y ver las especies marinas que el panorama ofrece.


Nuestra primera parada, en una especie de cala desierta y con aguas cristalinas. Multa si te pillan, 30.000 USD. Lo que hace la ignorancia y la falta de carteles que indiquen que el baño en esa zona está prohibido…


Tras salir corriendo literalmente de la cala, nos fuimos a mar abierto. Al fondo, barcos con buzos haciendo inmersiones. Nosotros, buceando un rato viendo peces y corales pero no muy alejados de la orilla. No había mucho que ver en la primera parada, pero la tranquilidad de estar solos sobraba.


La siguiente parada, otra cala sin peces pero con un agua de lujo y sin gente. El paisaje, desierto y montañas a un lado y, al otro, aguas turquesas de arena blanca. Yo no soy muy dada a las descripciones, así que mejor basarse en las fotos para ver aquello que desde luego no tiene desperdicio…


Más adelante, una cala preciosa con unos cuantos italianos haciendo snorkel. La calidad de las aguas mejoraba conforme íbamos avanzando. Esta creo que era Yolanda Beach, tranquila y con un sombraje beduino para regocijo de los que llevan todo el día dando vueltas por el parque.



Seguimos de ruta por el parque y paramos a comer junto a un lago salado de olor indescriptible…


Un poco más alante, unas vistas increíbles de la playa de Aqqaba, un acantilado desde el que se veían los corales y un mar de azul intenso.


La última parada, Aqqaba Beach. Con una playa de piedras, desde luego tenía los corales y peces más bonitos que haya visto nunca (teniendo en cuenta mi poca experiencia). Corales, como unos 30 o 40 metros desde la orilla, o tal vez más, ni idea, pero a mí el camino hasta mar abierto se me hizo eterno, muy poca profundidad y aguantando la respiración para no dejarme la piel enganchada en cualquier coral… al terminar los corales, la leche, la impresión de ver cientos o miles de peces (muchos son ridículos), el color del mar, de los corales y el vacío me hizo gritar del susto! Pero aún tengo las imágenes dando vueltas por mi mente… es una de las imágenes más bonitas que he visto nunca… esperemos que la cámara acuática pueda dar fe de ello! Y es que vuelvo a decir que es indescriptible… como las playas, peces de todos los colores y tamaños y para todos los gustos… preciso, impresionante.


Aquí se nos acababa la excursión y de vuelta al hotel y su playa… el día, increíble, aunque cansado de tanto sol.


Por la noche, a cenar a Na’ Ama Bay y a ver el ambiente de Benidorm que reinaba por allí, rusos, italianos y algunos franceses adornaban las calles.


Para cenar, un See Food and Steak House que es lo que se estilaba por allí, pescado fresco con el mundial de fútbol de fondo.


Después, a dar una vuelta por la zona de fiesta. Pacha la vimos de pasada y nos sentamos en la terraza del Camel Hotel a tomar un algo y fumar una shisha.


En la parte de Pub, una jauría de ingleses/as en celo dando vueltas por allí… levantábamos la media de la edad del bar en unos 3 años mínimo.


Poco más tuvo la noche…



Al día siguiente, playa y snorkel en el hotel, hamacas bajo sombrillas y relax!


La playa tranquila y con un montón de peces que ver. De fondo se escuchaban de vez en cuando gritos de holandeses, serbios o lo que fuera mientras veían el partido del momento.


El sitio hay que verlo, las playas, los corales, los peces y la otra vida que se respira allí, es otro país dentro de Egipto, nada que ver con el día a día de El Cairo ni con el resto de viajes que hemos hecho. Aquí los turistas parecen los egipcios que siempre son minoría y están al servicio del turista de turno...


El viaje, probablemente más caro que otros, pero merece la pena. Los hoteles valen unos 30 euros la doble en los más baratos y con playa, que no es algo que puedan decir todos los hoteles de Sharm. Los taxis cuestan una media de 50 EGP por trayecto. Las comidas, a una media de 30 o 40 EGP por persona si no se come ni pescado ni carne... Un fin de semana se pasa con 100 euros/persona más o menos incluyendo excursiones, así que es más que recomendable si se quiere escapar de territorio cairota!