domingo, 21 de marzo de 2010

De El Cairo a Asuán en tren y de Asuán a Luxor en barquico!

San José… ese día para celebrar con la familia y los padres y que estamos acostumbrados a no trabajar… pues aunque sea en Egipto, hay que hacer lo mismo. Pedimos 2 días de vacaciones y nos tomamos un súper puente para celebrarlo a lo grande. La idea, irnos al Upper Egypt a respirar aire puro y a disfrutar de unos días de relax en el crucero que recorre el Nilo.


El viaje de El Cairo a Asuán lo hicimos en tren pero sentados, 13 horas de viaje frente a la puerta del baño y escuchando música habibi de los que no tenían asiento y ocupaban los espacios comunes para hacernos a los demás el viaje insufrible.


A las 8 de la mañana por fin llegamos a Asuán, tierra querida. Un día soleado y un barco distinto al que nos habían dicho. El primero era el Princess Sarah; el definitivo, el Beau Soleil. El cambio no sabemos si fue a mejor o a peor porque no pudimos comprobar con el Sarah, pero comparado con el Kon Tiki fue a peor. La cubierta estupenda, jacuzzi, piscina de agua helada y hamacas para casi todos los cruceriotas. La habitación, cuando por fin conseguimos que nos la dieran, un horror, la 331. Pegada a los motores, y la mitad de tamaño en comparación con el resto de habitaciones. Intentamos quejarnos, pero el barco iba lleno de turistas italianos, ingleses y alemanes y fue imposible que nos dieran otra habitación. Opciones, dejar el barco y hacer el viaje por nuestra cuenta, descartado porque nos íbamos a gastar el mismo dinero… Dos, cambiarnos de habitación al día siguiente y si no dejar el barco sin pagar ni un duro, tentadora pero irreal, si nos ofrecían eso ya se encargarían ellos de cambiarnos la habitación porque si no sabían que dejaríamos el barco sin pagar nada de nada… qué pasó? Pues que el segundo día nos cambiaron la habitación y no tuvimos más opción que pagar el precio acordado… intentamos hablar con el gerente para decirle que eso era vergonzoso, pero es que había 20 personas más en la misma situación y nadie abría la boca… lo que nos confirma que somos inconformistas con el mundo… siempre hay de qué quejarse.


Bueno, dejando de lado la habitación que tuvimos el primer día, el viaje estuvo bien. El primer día, interminable porque lo unimos a la noche de tren, visitamos la Gran Presa y el Templo de Philae, y a mí, aunque fuera la segunda vez que los veía, las excursiones me seguían haciendo la misma ilusión que el primer día. La diferencia, que estas semanas son temporada alta y eso se nota no sólo en que los clientes se alojan en las habitaciones reservadas al servicio en los barcos sino que los templos están a reventar de turistas cargados con cámaras y guías de diferentes idiomas quieren hacer notar su voz por encima de las demás. Lo que también destacaba, el turismo egipcio de hombres solos que se dedicaban a tomar fotos de las mujeres en vez de de los templos… típica reacción de lo que nos rodea por aquí…


Por la noche, de lo cansados que caímos en las camas, ni siquiera escuchamos los motores… y a las 7 en pie para desayunar y ver Asuán en faluca… pero siguiendo con nuestra racha de suerte, hacía viento y la policía prohibió las falucas durante el día y la tarde, incluso se suspendieron los convoys a Abu Simbel y se cerró el aeropuerto. Para mí que he vivido un año en una ciudad asediada por tornados esto era como un chiste, pero los cabezas cuadradas se negaron a dejarnos disfrutar de la ciudad así que no nos quedó más remedio que salir a dar un paseo a pie hasta la Catedral y visitar el Bazar junto con el resto de guiris que se habían quedado sin plan. Por la tarde, tumbados a la bartola en la terraza del barco pero muertos de frío.



Por la noche por fin salimos hacia Kom Ombo. A las 6 de la mañana en pie para ver el templo y poder seguir hacia Edfu. Como con el anterior, el Templo de Kom Ombo muy bonito pero lleno de turistas que impiden poder echar fotos sin que aparezcan cabezas, velos y turbantes representativos de distintas culturas.









Un par de horas de barco y llegaríamos a Edfu, o tal vez más, ni idea. Nos dimos un baño en el jacuzzi por aquello de probarlo y pasamos más frío que un tonto, así que nos dimos una ducha de agua caliente y nos metimos en la cama hasta la hora de comer.



El Templo de Edfu estaba a la mitad del proceso de la instalación de las luces, así que el suelo estaba completamente lleno de cacharros, plásticos y bártulos propicios de tropiezos para los torpes.


Después de Edfu otra vez al barco y 8 horas de camino hasta llegar a Luxor, casi ná! La pena que aunque hacía sol la brisa del río no te dejaba disfrutar de la tarde y aunque estuvimos un buen rato, cuando no aguantamos más volvimos a nuestra habitación a por una ducha de agua caliente hasta que llegamos a la exclusa. Cuando la pasamos, de vuelta al interior y a cenar, las opciones lúdicas eran pocas.


Llegamos tarde a Luxor, a las 11 de la noche más o menos, así que en vez de salir a ver la ciudad pues descansamos un poco que el último día tenía pinta de ser criminal, y efectivamente lo fue. Desayuno a las 6 y a las 7 en marcha camino del Valle de los Reyes. Manadas de autobuses para ver las 3 tumbas que te permite la entrada sin incluir la de Tunt Ankh Amun, si es que se escribe así… y colas de abuelotes esperando ver lo que esconden las montañas.


De ahí, al Templo de Hatshepsut, el de las terrazas, con otro gentío de personas y un grupo de chinos haciendo de las suyas con las fotos, y a mí es que me encanta verlos, friquis con guantes y más tapados que las musulmanas para que no les de un rayo de sol y se les oscurezca la piel…


Los Colosos de Memnon era la última visita en el lado Occidental del río Nilo y por fin al lado Oriental y a encaminar las últimas visitas, los Templos de Luxor y Karnak.


El primero, el Templo de Luxor, enorme y diferente a cuando se ve de noche, se aprecian mucho más los detalles aunque a estas alturas de viaje ya no nos enterábamos de mucho, y eso que para mí era la segunda vez que escuchaba la retahíla.


El segundo y último, el Templo de Karnak, enorme y con más gente que los demás, gente echándonos fotos y acosando a las extranjeras con pantalones cortos hasta el punto de que una clase entera rodeó a una cría para echarle unas fotos, hasta el profesor, y la pobre echó a correr para huir de los asalvajados estos… nosotros pedíamos bacsis por las fotos pero ni caso y nos seguían echando… había que intentarlo!!!


La vuelta, en tren sentados otra vez pero estando muertos eso parecía un lujo y dormimos bastante más de lo esperado.


Y hasta aquí… hemos llegado de madrugada, un par de horas a la cama y a la oficina a aguantar hasta la siesta!


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