Como no teníamos muchas ganas de aburrirnos, allá que pensamos que qué era eso de estudiar árabe si estamos viviendo en Egipto... pa qué? Nuestros razonamientos y mi poder persuasivo, que no con ello quiero decir que sea acertado, nos han llevado a estudiar francés 10 horas a la semana todas las tardes de domingos a jueves... así que así vamos, moviéndonos a diario entre gente que inglés no habla mucho y el francés ni lo huele, y nosotros ni papa de árabe... pero bueno, a pesar de todo parece que es de las mejores ideas que hemos tenido en el poco tiempo que llevamos aquí... aunque apenas tenemos tiempo de comernos una sopa y un tentempié antes de irnos a clases, merece la pena. Somos 18 personas entre las que no hay más extranjeros occidentales que Pepe y yo... así que somos el centro de atención en los recreos y durante las clases... Pvapva se hace llamar Pepe por el mas zoquetín de todos nuestros compañeros, un aspirante a director de cine cuyo final feliz ideal es la escena donde 2 enamorados se encuentran, miran a la luna y se dicen lo mucho que se quieren... y es que aquí lo de ver a una pareja darse un beso es casi casi pecado! Y aunque no he visto ninguna película árabe, puedo imaginar que el final de muchas de ellas será como el de nuestro "metre en scene"!
Por suerte el resto de nuestros compañeros son bastante majos, y aunque sus caras den la impresión de que estudiamos con gente mayor que nosotros, pocos son los que pasan el cuarto de siglo... y todos tienen carreras que en España nos cuestan sangre y sudor conseguir, aunque en Sevilla ahora parece que eso se va a terminar, así que para qué decir de la gente extranjera si en España los títulos se van a poder regalar en breve...
Yo nunca había tenido tanto trato con los egipcios, y creo que hablo por los dos cuando lo digo, así que pasar todos los días con un grupo de 15 hombres y someternos a los interrogatorios diarios es cuanto menos curioso! El primer día, sin ton ni son y sin preámbulo alguno, mi colega Mohamed el abogado va y me dice "en nueve meses quiero veros con un niño o una niña"... así, como si se nos estuviera pasando el arroz! Aunque sin duda lo que más gracia me hizo fue cuando me preguntó por qué me iba a España y le dije que porque se casaba una amiga nuestra, a lo que él me dice... "como se llama?" qué??? le digo yo..."sí sí, que cómo se llama tu amiga, la que se casa", así que tiene que ser bueno en la profesión porque no deja escapar ni una el zagalico!
Pero fuera de los interrogatorios, la verdad es que nos están enseñando otra parte de la sociedad, esa que se vuelca y te ayuda lo necesites o no... nos traen la merienda, nos aconsejan qué decir a los que intenten timarnos, nos compran el billete del metro o nos llevan en coche a donde se tercie... así que resulta que, por suerte, vivir aquí no se reduce a oir por las calles mozzza, habibi o ezta y a ojos que te siguen andes donde andes... Alhamdulillah!!
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