domingo, 25 de julio de 2010

Jordania: Petra y el Mar Muerto

Por fin llegaron las vacaciones… el plan, pasar 9 días entre Jordania y Siria.


Jueves por la tarde volamos a Jordania, a Amman. A la llegada, un aeropuerto bastante simple, sin muchas comunicaciones con la ciudad más que un bus cada hora que se retraso 20 minutos…


La primera impresión… esto es más caro que Egipto! La segunda… es que esto no es Egipto! Carreteras con asfalto uniforme, autobuses limpios, gente a la orilla de la carretera haciendo barbacoas… y la geografía, allí montañas y pinadas, diferente de las llanuras interminables que dominan en este país.

Para llegar al centro, el bus desde el aeropuerto cuesta 3 JD, y luego hay que coger un taxi hasta donde quieras llegar… así que por 8 JD (unos 9 euros) estábamos en la casa de Kirsten, una americana que estudia árabe en Amman y que nos acogió las 2 noches que estuvimos allí.

El centro, o no, no estoy segura de qué parte de la ciudad era, con un ambiente tremendo, gente joven, vestida como en cualquier ciudad europea, y titada en terrazas o bancos públicos, tocando la guitarra, viendo la tele al aire libre o haciendo lo que se prestara, como decía, esto no es Egipto.

Pronto a dormir y al día siguiente paliza hasta Petra


Fuimos en minibus, un trayecto de 3 horas sin aire acondicionado y a 35 grados… el precio, 3 JD por persona, poco más de 6 euros. Una vez te sueltan en el pueblo, basta con coger un taxi hasta la entrada a Petra y no pagar más de 1 JD.


La entrada… eso es lo mejor… la Lonely Planet resulta no estar demasiado actualizada en este país… además, los precios cambian anualmente así que por mucho que la actualicen cada par de años siempre estará desactualizada… el carnet de estudiante, ni por asomo, así que a pagar los 33 JD de entrada por persona, unos 70 euros entre los 2… un sablazo vamos. El sitio es genial, pero el precio, desorbitado… no es cuestión de sangrar a los extranjeros que se acercan hasta allí que ya se están dejando el dinero en los restaurantes, los hoteles, los transportes y los/las guías…


Y al fin dentro… un camino desértico hasta llegar al Siq, un corredor de 1.200 metros con montañas a ambos lados y de las que dicen que algunas alcanzan los 80 metros… yo esas creo que no las vi! Aunque ir por el interior y disfrutar de un rato de sombra se agradecía y no poco… y más nosotros que teníamos que ir a “pijo sacao” para hacer todo el recorrido en 4 horas y poder coger el autobús de vuelta a Amman…


Al final del Siq, la imagen que todo el mundo tiene de Petra, entre muros muy altos de color rojizo, una estructura similar a una capilla se atisba al fondo, Al-Khazneh (El Tesoro), en realidad, era la tumba de un importante rey nabateo del Siglo I A.C. Se cree que después se utilizó como templo. Impresionante, una excavación de 30 metros de ancho y 43 de alto en plena montaña, tiene merecido el ser una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno.


Desde el Tesoro hasta el Teatro, tumbas nabateas y cuevas en las montañas adornan el paisaje.


El Teatro, similar a los romanos pero de construcción nabatea, refleja la influencia romana que se extendía ya en estos años en Oriente Próximo. Conservado de manera increíble, aunque no se puede entrar a las gradas.


Lo siguiente, cansados ya del sol en la cabeza y de un calor insoportable, la Tumba de la Urna, situada en lo alto de una montaña, es la mayor de las tumbas reales que hay en Petra. Construida sobre el 70 A.C., se modificó en el Siglo V para convertirse en una Iglesia Bizantina.


Las siguientes tumbas, nos las saltamos porque ni idea de dónde estaban… no las vimos hasta llegar a la Calle Columnada… así que a lo lejos vimos la Tumba del Palacio y la Tumba de Sextius Florentius.


Ya nos quedaba poco… Qasr al-Bint, probablemente el principal templo de la capital nabatea y que ha sobrevivido a terremotos e inundaciones.


Por último, y después de 3 horas andando sin parar… Ad-Deir, el Monasterio… 800 escalones tallados en la roca te llevan hasta el… nosotros no pudimos llegar… no llevábamos el calzado adecuado… tanto andar para nada! Así que marcha atrás y a llegar al inicio que hay que coger el bus…


La vuelta, criminal, unos 3 kilómetros cuesta arriba con un sol radiante a las 3 de la tarde… único para deshidratarse.


Una hora después de lo anunciado, por fin el bus de vuelta a Amman y a descansar un rato…


Al día siguiente, rumbo al Mar Muerto, famoso por la cantidad de sal que contiene, sus propiedades curativas y por estar bajo el nivel del mar… el resultado, que aunque quieras no te hundes. El agua, un tanto desilusionante, mal olor, aceitosa y ardiendo! El precio, 15 JD por entrar más el transporte de ida y vuelta… 17 JD entre lo dos.


El tiempo en el Mar, una hora como mucho… a las 3 salía nuestro bus a Damasco desde Amman.


Así que así pasamos los dos primeros días, corriendo de un lado para otro sin saber que los 7 siguientes iban a ser aun peores… autobuses, minibuses, motos y autostop para movernos por Siria.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra mucho ese espiritu a lo
"paco" jones......porque hay que tenerlos entre el calor que se debe de pasar y demas "sorpresas" que se encontrais....todo un reto...
Preciosas fotos de vosotros y el entorno, parece que pepe estaba buscando algun "hueco" para poner una surcursal de la caixa...jejeje

Besos desde Abarán....

Unknown dijo...

Esto es muy chulo Antonio... ya sabes que llevamos 3 años esperando que nos hagáis una visita!!!

Besos!