domingo, 15 de agosto de 2010

Islas Griegas y un poco de Atenas




Solemos viajar, pero no como lo hemos hecho esta vez… esta vez ha sido un viaje de relax, de sol y playa y de pocos monumentos. El destino, Grecia.


Nos fuimos hace ya más de una semana un jueves por la tarde. A las 2.00 a.m. estábamos en Atenas, en casa de Antonio con otras 6 personas y sin quererlo listos para salir a descubrir la noche ateniense.


Los bares, geniales, nada que ver con lo que hay en El Cairo ni nada que ver con lo que tenemos en Murcia. Calles con terrazas y bares abiertos al más puro estilo de bar de playa pero en el centro de la ciudad. Los precios, de escándalo. Una cerveza, 6 euros. Un cubata, 10… el tabaco, prohibido, aunque nadie hace caso de ello y los dueños de los bares prefieren la multa o la pena antes de que la gente no vaya a consumir por no poder fumarse un cigarrillo…


7.35 a.m., hora del ferry hasta Mykonos… compramos el billete económico, con silla… lo que no sabíamos era que en los ferrys griegos te venden un billete con derecho a asiento y te suben a una terraza abarrotada de gente y sin corrientes de aire donde tener un viaje confortable es prácticamente imposible… el trayecto, de 5 horas y media creo… lo bueno, aunque lo descubrimos al final pero nos sirvió para nuevos trayectos, es que la clase económica cuenta con un Mc Donalds local que cuenta con sillas y mesas con aire acondicionado…


Mykonos. Estancia de 3 noches/4 días. Uno de los mejores destinos en los que hemos estado nunca. Por mucho que diga, hay que ir a verlo y descubrirlo con tus propios ojos. Es una mezcla de sociedad moderna que se concentra en los bares de playa y en los restaurantes del centro, con panteones en medio del monte, avestruces, pollos y burros en parcelas individuales, casas blancas con puertas y ventanas azules, callejones estrechos, tenderos que están allí toda la vida con su gorra de pescador, molinos, iglesias ortodoxas y gente, mucha gente.


Allí estuvimos en casa de Konstantine, un griego genial, con una casa increíble en Platis Gialos, y con unos padres geniales. Estuvimos con ellos 4 días. La cocina de su madre no tiene nombre, eso es exquisito! Bueno, en general la comida griega es bastante buena, dieta mediterránea no muy diferente de la española.


Uno de los días hicimos la excursión a Delos, una isla a menos de 1 hora de camino de Mykonos que fue el centro del comercio entre Persia y Oriente y con templos dedicados a Dioses de la mitología griega. Restos, ruinas, quedan pocos… La excursión está bien pero el calor no acompaña…


Para movernos por allí, además del Jeep de Kostas alquilamos una Scooter. 20 euros al día pero tienes una libertad increíble y merece la pena porque en Mykonos hay muchísimas playas que ver. El casco ni te lo dan cuando alquilas la moto, eso sí, no son de más de 50 y con las cuestas que hay más de una vez me tuve que bajar de la moto para poder subir…


Las playas... estuvimos en varias. La de Súper Paradise estaba genial, pero la cuesta que tiene es un gran problema… de allí no hay quien salga… la gente se bajaba de las motos/quads para ver si un coche podía subirlos hasta el final, aunque los coches tampoco lo tenían fácil para subir.


El ambiente gay se notaba en toda la isla, pero fue en la única, el resto de islas fueron bastante más tranquilas que Mykonos y con un tipo de turismo diferente, más familias y parejas que gente joven en busca de fiesta.



Paros. Esta fue la segunda isla en la que estuvimos. Solo un día. Estuvimos en Parikia, la zona del puerto donde hay playas para bañarse. Con la moto nos fuimos hasta Naoussa, un antiguo pueblo pesquero pero hoy día entregado al turismo aunque conserva parte de su encanto. Típico de allí es colgar los pulpos al sol para que se sequen y después cocinarlos…


El centro de Paros no era muy diferente del de Mykonos, más pequeño tal vez y menos abarrotado pero bonito igualmente.


Santorini. La última isla que tuvimos tiempo de visitar… allí otros 4 días con una moto alquilada para movernos por la isla. A mí se me antojó mucho más amplia que Mykonos y Paros…



Las playas no son tan buenas como las de las otras islas, pero Santorini es más famosa por sus vistas y atardeceres que por tener playas paradisíacas… y la verdad es que la fama la tiene bien merecida.


Vimos 4 pueblos: Pyrgos, Thira, Imerovigly y Oia, por el resto estuvimos de pasada con la moto.


Menos rural y lleno de viñedos. Más población autóctona que en las otras islas y luego a luego más hoteles que casas particulares.


Cuando se habla de Islas Griegas, la foto que aparece siempre en la mente de la gente es la de cúpulas azules de iglesias blancas con el mar de fondo… un contraste perfecto y que le da a la isla el encanto que tiene.


Lo malo es que lo turístico es muy turístico… autobuses que transportan a la gente de los cruceros por el Mediterráneo llegan continuamente, con el escándalo que ello supone y que hacen perder cierto encanto a la ciudad… más aún cuando escuchas a algún español soltando barbaridades porque piensa que por estar en Grecia nadie lo entiende…


Pero lo malo es insignificante, merece la pena ir y verlo, acantilados llenos de casas, hoteles, restaurantes y puestecillos de souvenirs asolan la costa. Es único.


Yo dejo unas cuantas fotos, pero todo aquel que pueda no debería perder la oportunidad de ir a visitarlo.


Y las playas… pues no son tan buenas como las de Mykonos, pero por eso mismo había zonas en las que estábamos solos disfrutando de la arena y el agua sin más ruido que el que nosotros hiciéramos… con salir un poco de la zona turística la isla cambia, tranquila y sin bullicio es ideal para descansar.



Atenas. Y al final resultó que sólo nos quedó un día para Atenas... bueno, una mañana más bien. La dedicamos a ver la Acrópolis y a andar un poco por las calles, aunque siendo sábado y Agosto la mitad de las cosas estaban cerradas.


Como ciudad, a nosotros nos dio la impresión de estar muy limpia y ordenada, tal vez porque estaba desierta, pero de buena gana me dejaba El Cairo e iba a vivir allí...


Así que bueno... estas han sido más o menos nuestras vacaciones. Agradecidas como las que más porque no se sabe lo que te pierdes hasta que vuelves y lo tienes de nuevo... la comida, la gente, el clima, el ambiente, el orden, la limpieza, el transporte público... todo! La pena del viaje, haber vuelto ya... pero en menos de un mes volvemos a casa InshAllah y volvemos a la normalidad, que después de tanto tiempo aquí lo anormal se está convirtiendo en nuestro día a día!


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